«Voces en imágenes» de Cris Aznar en «las Esquinas del Psiquiátrico»

19 febrero, 2017 de Carlos 4 comentarios

Vamos a presentar hoy una pequeña crónica de la visita que realizamos un grupo Fotógraf@s en Zaragoza a la exposición de nuestra compañera Cris Aznar en el Centro Cívico Esquinas del Psiquiátrico, bajo el título de Voces en imágenes.

Desgraciadamente, cuando escribamos estas líneas ya no se podrá ver la exposición entera, aunque si una parte. Nos enteramos que dentro de poco en Casablanca se podrá ver lo que ahora se ha desinstalado.

En primer lugar, creo que es obligatorio y refleja el sentimiento de todos los que participamos en la visita, tenemos que agradecer a Cris por su disponibilidad, su paciencia, su entusiasmo y su hospitalidad a la hora de recibirnos y guiarnos en el viaje fotográfico, que también lo es de la imaginación, emocional e inspirador.

El reportaje fotográfico que podemos ver, principalmente en blanco y negro, aunque haya también alguna fotografía en color, tiene su origen en su participación activa con la Asociación Estrella de la Mañana, que mantiene proyectos en la India en campos de refugiados tibetanos, así como en escuelas para niños (y no tan niños) ciegos, así como otras actividades, muy orientadas a la educación. Cuestión muy importante para permitir el desarrollo de las comunidades con menos recursos.

Como ya he dicho, el viaje no fue sólo fotográfico. Las vivencias de Cris durante tres semanas en aquellos lugares de la India, con la pasión como las narraba, y del modo en que transmite las emociones asociadas, se apoderaron pronto de quienes visitábamos la exposición, por encima de las consideraciones asociadas a la cosa fotográfica.

No es que no hubiera preguntas o cuestiones al respecto. Es que pronto quedaron en un segundo plano. La exposición es un relato de lo que acontece en aquellos lugares, y especialmente es un retrato de unas comunidades y de las personas que las forman. Y no sólo un retrato físico, sino social y psicológico, que nos hace entender un mundo del que nos separan muchas cosas, aunque con el que nos une el pertenecer todos a una misma especie. La humana, con su cosas buenas y las no tan buenas.

De lo mejor de la visita está asociado a la cercanía de Cris. Su disposición al diálogo, a responder con paciencia y detalle a todo lo que se nos ocurría preguntar, hizo que no fuésemos simplemente una persona que guía a un grupo de curiosos, sino que fue una conversación y una reflexión sobre la realidad que se exponía ante nuestros ojos, y sobre la que escuchábamos hablar de un testigo directo y comprometido.

Por supuesto, que hubo no obstante tiempo de hablar de técnica. Al fin y al cabo también somos empedernidos curiosos al respecto. Cris ha optado por la luz natural, por acercarse a sus sujetos, por las focales cortas o medias para integrarse en el entorno, pero también por la gestión cuidadosa de las profundidades de campo para que el espectador de la fotografía dirija su vista a lo que es importante, a la persona o personas y a la historia que se cuenta sobre ellas.

Con el fin de desembarazarse de elementos superficiales, renuncia al color y nos presenta un blanco y negro primorosamente tratado, donde no encuentras una sombra cerrada más allá de la cuenta ni unos blancos empastados. Hay materia, textura, luz y sombras con información, por todo el encuadre. Sólo unas pocas fotografías conservan el color, cuando este proporciona una información pertinente e importante para comprender un ambiente o un estado de ánimo. El ambiente de un hogar indio, o la alegría de unos niños monjes budistas en sus juegos. Como contraste, cuando se sumerge en el mundo de los que no pueden ver el mundo como muchos de nosotros, empatiza con ellos, y sabe mostrarnos el mundo desenfocado de aquellos que conviven con una discapacidad visual.

Una exposición de gran calidad, al nivel o superior a otras que hemos visto en salas de exposiciones «más nobles». Si en un momento dado tenéis oportunidad de acercaros a estas imágenes, o a Cris, no lo dudéis. Os enriquecerán.