Cuenta la tradición que el primer viernes de mayo del año 760 el conde Aznar I Galíndez consiguió su triunfo contra los musulmanes que asediaban la ciudad de Jaca gracias a la ayuda de toda la población. Mujeres, ancianos y niños acudieron disfrazados y armados con todo tipo de enseres domésticos y de labranza en ayuda de los hombres que defendían la ciudad y que estaban a punto de sucumbir ante el asedio árabe.
Desde entonces, cada primer viernes de mayo, Jaca celebra dicha victoria con una fiesta cargada de emoción que invade de color las calles de la ciudad.