Trekking a Galdaki y Valle del río Marshyandi. Pisang alto a 3400 msnm.
Después de unos días en Katmandú realizando los preparativos correspondientes de material y documentación será cuando empieza nuestra aventura “Expedición Pisang Peak 6069m”. Durante las próximas 12-14 jornadas no tendré ninguna posibilidad de conseguir material fotográfico, por lo que debo controlarlo hasta el más mínimo detalle. Incluso la recarga de baterías será cada vez más complicada o incluso nula los últimos días.
Antes de hacer el equipaje tenemos que ponerlo en posición de revista para que nuestro guía de altura lo supervise y compruebe que llevamos todo lo necesario de seguridad y abrigo para permanecer varios días por encima de los 5000 m con ventisca y a temperaturas de -10º C si las condiciones son adversas.
Primero comenzamos un viaje en autobús de 130 km. por una carretera de montaña, con atascos frecuentes y muchas paradas locales. Yo llevo el GPS en funcionamiento y compruebo que en ningún caso llegamos a los 45 km/h, por lo que el trayecto nos lleva casi todo el día. Al final de la tarde llegamos a Besisahar, última localidad a la que pueden acceder los vehículos a motor privados o públicos no autorizados.
En la práctica a partir de aquí hay que continuar andando y el equipaje lo tienen que transportar los sherpas o porteadores.
El primer día de trekking ya entramos en el Valle del río Marshyandi, de 80 km. aproximadamente, que nos llevará hasta el final del trayecto. Comienza en dirección norte y termina en dirección oeste. Prácticamente no hay superficies planas a lo largo de todo el recorrido. Las laderas de ambos lados comienzan en el río y llegan hasta unas alturas de 4000 y 8000 metros al final del valle.
Los días transcurren de forma parecida, con muchos motivos fotográficos a todas horas y por todas partes (en una aldea cualquiera podría quedarme una semana completa con todo el equipo fotográfico y no terminaría), pero cada jornada hay que recorrer unos 20 km. andando y no hay mucho tiempo que perder.
Aquí dejo unas cuantas imágenes de la vida cotidiana de los habitantes de las aldeas que vamos encontrando por el camino. Básicamente estas gentes dependen, de una forma u otra, de los montañeros que pasamos por allí. Bien sea dándonos alojamiento o produciendo alimentos. Todo se hace a mano, incluso en la mayoría de las ocasiones el fogón de cocinar está fabricado de arcilla con una plancha de acero encima.
Cuando nos cruzamos con personas que se trasladan de una aldea a otra, las vemos muy arregladas y aseadas; en especial, las mujeres y colegiales.
Todo el camino transcurre por un valle, cuyas pendientes laderas llegan hasta el mismo cauce del río, de modo que, con frecuencia, hay que pasar por estos puentes colgantes para cruzar de una orilla a la otra.
Es impresionante la vista, desde el fondo del valle, de la aldea de donde hemos salido por la mañana mientras avanzamos por un estrecho camino en busca de la siguiente aldea, ubicada mucho más arriba. Curiosamente nos encontramos con un grupo de colegiales de entre 10 y 14 años que realizan este trayecto todos los días para ir al colegio.
Este es el tipo de transporte normal de la mayoría de las mercancías. En esta ocasión es nuestro equipaje, que dos de nuestros cuatro sherpas están transportando durante 110 km. en unos cestos construidos con vegetales colgados con una cinta de la frente, con un peso máximo de 23 kilos por sherpa.
Dos imágenes de Pisang, una aldea situada a 4200 metros, a 6 días andando al mundo motorizado y más de 8 horas de autobús al centro hospitalario más cercano.
Este es el último lugar donde tenemos un techo para cobijarnos. A partir de este punto iniciamos la ascensión al campo base, campo 1 y cima Piang Peak, durmiendo en tienda de campaña sobre el hielo y a -10º C.
Continuará…
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