Llevaba tiempo sin poder escaparme una tarde o un domingo por la mañana de exposiciones. De hecho las últimas exposiciones de fotografía a las que pude acudir fue durante las vacaciones de Semana Santa. Y un poco a desmano de esta ciudad.
Pero ahora ha llegado a la ciudad una exposición ineludible para los aficionados a la fotografía, y no sólo para ellos, ya que por su interés humano y documental creo que es recomendable para el público general, sin distinciones. Se trata de la recientemente inaugurada exposición «Testigos de las revoluciones árabes» en el Centro de Historias de Zaragoza.
Estamos ante una exposición colectiva en la que una serie de fotógrafos, seis en total, Manu Brabo, Diego Ibarra Sánchez, Guillem Valle, Maysun, Alfonso del Moral y Ricardo García Vilanova, nos llevan por las convulsas revoluciones que se han producido en los últimos años en el mundo árabe, y que los más optimistas dieron en llamar bajo la denominación de conjunto de «la primavera árabe».
El nombre de «primavera árabe» vino dado por la época del año en la que comenzaron varias de ellas, pero también por ser la primavera metáfora de renacimiento a un mundo mejor, más alegre. Sometidos muchos de ellos a dictaduras de todo signo y condición, se vivieron como procesos de apertura democrática, que desgraciadamente no se han confirmado unos años después. O han retornado a la situación de partida, o se ven inmersos en cruentas guerras civiles, o el integrismo teocrático musulmán ha aprovechado para hacerse con el poder en estos países, sustituyendo un tipo de dictadura por otro.
Hace pocos años se dio una circunstancia peculiar. Hubo una fotografía ganadora, del sueco Paul Hansen, de la que se habló más sobre si se había utilizado más o menos photoshop en su procesado. Al final, alguien, lamento no tener la cita a mano, dijo aquello de ¡por qué todo el mundo ve photoshop y nadie ve los niños muertos!
Creo que esta es de las exposiciones en que el aficionado a la fotografía puede dedicar un rato a la reflexión técnica sobre las fotografías expuestas. Pero, por favor, primero contemplemos las historias que los fotógrafos nos quieren contar. Y reflexionemos sobre ellas. Creo que es la mejor manera que tendremos para reconocer su trabajo, su mérito, su esfuerzo. Son profesionales que se juegan mucho cada vez que se acercan a las zonas en conflicto para traernos estos documentos gráficos tan importantes.
La exposición que acabo de reseñar y recomendar brevemente es razón suficiente y necesaria para acercarse en estos momentos al Centro de Historias. Lo más seguro es que cuando aparezca esta entrada ya no se puedan contemplar los dibujos y pinturas de Andres Rábago, conocido también como OPS y, más recientemente, El Roto. Sus viñetas son verdaderos tratados de sociología, política o filosofía, muy incisivos para mostrar y denunciar las peores realidades sociales de esta España nuestra, siempre tan madrastra con estos sus pobres hijos, los españolitos. Aunque muy probablemente, muchas de estas realidades sean perfectamente exportables a buena parte de los países del mundo. Una pena que esta exposición esté a punto de terminar su ciclo en nuestra ciudad. No es fotografía, pero…
No quiero terminar este artículo sin recordaros también que en la FNAC Plaza de España, lugar por el que muchos pasamos a menudo, hay exposiciones con frecuencia. Y que en muchas ocasiones están dedicadas a la fotografía, con preferencia por los fotógrafos nacionales. En estos días, encontramos allí fotografías de Atín Aya, fotógrafo navarro que se afincó en Sevilla, y que nos dejó una abundancia de documentos de la vida y las calles de la capital hispalense. Tampoco cuesta nada visitarlas un momento, antes de pasar por la línea de cajas. Por cierto, que se puede aprovechar para adquirir el pequeño y económico volumen de la serie Photobolsillo, que la editorial La Fábrica dedica a este autor.
Texto y fotografías de Carlos Carreter
22 May, 2014 en 20:38
Muchas gracias por tu información
22 May, 2014 en 21:44
Muy bien explicado Carlos, a mi me parece una exposición que no hay que perderse.
22 May, 2014 en 22:59
Muchas gracias por compartir con nosotros toda esa información Carlos. Como bien dices, no hay que perderse esa exposición del Centro de Historias. Creo que es un buen pretexto para hacer una quedada con visita colectiva de FEZ a la exposición y una cervecica en la terraza del Centro de Historias a última hora de la tarde. Buscaremos fecha y lo convocaremos
Gracias
24 May, 2014 en 19:25
Pues si me es posible, me encantaría volver a verla en vuestra excelente compañía.
23 May, 2014 en 19:44
Gracias Carlos.
Yo estuve el domingo en el Centro de Historias y salí de allí con el alma en un puño. Como dice Carlos, pronto me olvidé de que estaba viendo fotografías y sólo contemplaba historias. En la fotografía de los niños ensangrentados, estuve un buen rato y cuando me dí cuenta tenía al lado una niña pequeña, que como yo se había quedado «pegada» a esa terrible escena, su madre tuvo que venir al rescate y sacarla de allí a rastras. Me leí el texto de todos los carteles y el de Manu Bravo dos veces.
A la Fnac intentaré otro día.
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