Visita a la exposición Los sonidos de la gran ciudad

31 marzo, 2018 de AtmósferaCine 3 comentarios

Una imagen vale más que mil palabras. Esta frase se cumple plenamente en la exposición “Los sonidos de la gran ciudad”. Porque las once fotografías nocturnas que la componen condensan muchas horas de trabajo, de autosuperación, de ilusión y de ganas de compartir con los demás ese gran mundo interior que todos llevamos dentro. En este caso se trata de la expresión de once personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) usuarias de Autismo Aragón, entidad que celebra este año su 20º aniversario.

El conjunto fotográfico es fruto de un taller impartido por la asociación Terapias Audiovisuales, parte de cuyo equipo nos acompañó en una visita guiada en su sede expositiva actual, el Centro Joaquín Roncal-Fundación CAI-ASC. Resultó una ocasión extraordinaria para conocer más a las personas con TEA a través de sus vivencias tras las cámaras fotográficas.

Los once jóvenes participantes del taller origen de esta exposición

Como previo, decir que conocí a Natalia Prieto, fundadora y directora de Terapias Audiovisuales, gracias a un curso sobre el papel del cine como recurso para la integración de personas con discapacidad. En él nos habló del potencial de las diferentes disciplinas audiovisuales como apoyo y herramienta pedagógica y terapéutica para todo tipo de colectivos, y cómo se le ocurrió crear la asociación a raíz de su propia experiencia con su abuelo, enfermo de Alzheimer, con el que comprobó directamente los beneficios del audiovisual. Durante el curso nos descubrió la serie de cortometrajes “Autipoderes”, realizada con chicos y chicas de Autismo Aragón, que pone en valor sus muchas habilidades, y nos anticipó que estaban preparando con ellos una exposición fotográfica que se exhibiría en la próxima primavera. La gran cercanía, cordialidad y entusiasmo de Natalia me animó a concertar una futura visita guiada. Como en una película, una secuencia nos llevó a otra; en este caso, el cine, nexo inicial, nos condujo hasta la fotografía.

En la visita del viernes acordado Natalia vino con parte del equipo de Terapias Audiovisuales: Sara Campos y Diana Jiménez, maestras de educación especial; Yasmine Garrido, psicóloga; y Luis Franganillo, profesional de los medios audiovisuales. Todos ellos unidos por un objetivo común en esta exposición: contribuir a visibilizar a las personas con TEA y formarles y apoyarles en el descubrimiento y desarrollo de su faceta creativa. Porque, como nos contaron, la expresión artística es una vía privilegiada para extraer lo mejor de ti y, por desconocimiento, a las personas con diversidades funcionales a veces las mantenemos al margen de ella.

Este proyecto se originó hace un par de años, cuando Natalia propuso en Autismo Aragón un taller de fotografía. Numerosas personas con TEA presentan dificultades para el lenguaje verbal, ya sea para usarlo o para mantener la atención continuada en una conversación, por lo que los pictogramas son una herramienta muy eficaz de comunicación, sobre todo en las edades más tempranas. Una fotografía concentra tu mirada en los elementos que contiene y, por su carga icónica, cabría considerarlo como un pictograma más elaborado. De ahí que iniciarles en la técnica fotográfica implicaba también introducir un nuevo canal de diálogo, un adicional medio para relacionarse. Con este horizonte se les enseñó a jugar con la composición, organizando lo que querían que se viese en el encuadre, y con los demás parámetros de la cámara y sus posibilidades de enfocar más o menos y de mostrar profundidad de campo. No faltaron las anécdotas durante este proceso, como la de quien decidió estrenarse con la máquina autofotografiando su ojo, una idea inusual pero plena de ingenio y coherencia: presentar a los demás tu mirada a través del propio elemento que mira.

Una pregunta que nos formulábamos muchos: ¿por qué fotografías nocturnas, dada su mayor complejidad? Como nos explicaron, precisamente por las circunstancias que concurren en su captura, donde la rapidez no es prioritaria, requiriendo un ritmo más pausado que permita ajustar la velocidad de obturación hasta encontrar la correcta tras revisar cada toma. Esto favorecía una actividad más relajada, sin prisas, en lugares con menos tránsito de gente dadas las horas, en tranquila compañía los fotógrafos noveles con sus profesores y terapeutas. En esta era de acciones vertiginosas y de querencia por lo inmediato, ser capaces de recuperar el valor de la espera para obtener tu fin ideal, en este caso, la foto idónea.

Como en Terapias Audiovisuales cuidan mucho el papel de la memoria emocional y las personas con TEA se sienten más cómodas con ciertas rutinas y en entornos conocidos, las localizaciones se eligieron en función de ello: en las cercanías de la sede de Autismo Aragón y en espacios que les resultaban familiares, como el antiguo recinto de la Expo, la Plaza del Pilar y su periferia. De este modo disfrutamos en la exposición de sus visiones de la esbelta Torre del Agua, de la simbólica escultura de “El alma del Ebro”, del emblemático Parque del Tío Jorge o de las riberas del Ebro con nuestra representativa Basílica del Pilar al fondo. El tranvía zaragozano protagoniza también varias de las fotos más espectaculares, capturadas sus luminosas estelas como huellas de su “corre, corre” (como ilustra uno de sus títulos).

Junto a cada foto, otra foto del autor o autora en pleno proceso creativo, a modo de making-of fotográfico.

Siendo también las personas con TEA especialmente visuales, se trabajó a fondo en el taller la técnica de pintar la oscuridad con fuentes luminosas, conocida como light painting, que proporciona siempre momentos mágicos de gran diversión por las oportunidades creativas que ofrece. Con linternas y filtros de color se dio vida, por ejemplo, a un coche misterioso o con lucecitas navideñas se concibieron imaginativas figuras en la negrura del parque o de la ribera.

¿Y por qué el título de «Los sonidos de la gran ciudad»? Por la hipersensibilidad de la mayoría de personas con TEA al universo sonoro, lo que implica que ciertos volúmenes o intensidades puedan alterarles y que, en contrapartida, aprecien muchas veces sutilezas que escapan de nuestra capacidad auditiva. No fue difícil imaginarnos cómo nos sentiríamos si un ruido que ya normalmente nos molesta, se multiplicara hasta un nivel de decibelios que nos resultara insoportable. De ahí que, para sensibilizarnos con esa particularidad de los autores de la exposición, estos se ocupasen en el taller también del diseño sonoro que ambienta la muestra fotográfica, integrado por sonidos urbanos grabados especialmente para la ocasión y alternados con música. En este ámbito destacar el apoyo del cantautor uruguayo Jorge Drexler, cediéndoles la reproducción de su canción “Silencio” (No encuentro nada más valioso que darte / nada más elegante / que este instante / de silencio…), subrayando la importancia de este para las personas con TEA, y del grupo zaragozano “Juanita Calamidad” prestándoles su canción “El mundo a tus pies” con su estimulante letra (Tienes el mundo a tus pies, lo puedes coger. / Nunca permitas cambiar, dejar de soñar, / porque quiero recordarte, sigue siempre hacia delante…).

Paisaje sonoro enmarcando el visual que, con las interesantísimas explicaciones de nuestros guías de lujo, nos sirvieron para empatizar con las percepciones de los protagonistas de la muestra, a quienes puede verse en plena acción en un video disponible en la sala que ilustra parte del proceso de producción de la exposición y proyecta la serie de cortos “Autipoderes”.

Concluir dando las gracias a los cinco profesionales de Terapias Audiovisuales que nos acompañaron en la visita guiada, por compartir sus experiencias y por la cesión de gran parte de las fotos que ilustran esta crónica (tomadas por Luis Franganillo). De nuevo ¡enhorabuena por el trabajo conjunto!

Cada foto es un pedazo de historia detenida. En este caso, además, hermoso testimonio de la gran aventura fotográfica vivida con el equipo de Terapias Audiovisuales por sus once autores: José Abinader, Víctor Andrés, Alberto Duro, Julián Giménez, Alicia Lázaro, Eduardo Martínez, Ricardo Martínez, Marco Martínez, Jaime Merlo, Violeta Rupérez y Uriel Valdovinos. Aventura de aprendizaje, crecimiento y comunicación que ahora nos ofrecen a través de esta exposición, que podrá disfrutarse hasta el próximo 7 de abril en el Centro Joaquín Roncal (calle San Braulio 5-7, Zaragoza) en horario de lunes a viernes de 18 a 21 horas, sábados de 11 a 13,30 y de 18 a 21 horas.

El próximo 2 de abril se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. Nada mejor, para participar en su objetivo, que visitar la próxima semana esta exposición.

Pasen, vean y escuchen a través de los sentidos de sus jóvenes artistas.

Tras finalizar la visita, la tradicional foto de grupo para recordar tan grato encuentro