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El Paraninfo de Zaragoza

2 comentarios

Que Zaragoza vivió una época dorada, en cuanto a arquitectura se refiere, a final del siglo XIX y principios del XX, es indudable. En este periodo pasó de ser una ciudad de aspecto antiguo y rural a una ciudad moderna y burguesa, al uso europeo de entonces. Dos son los arquitectos que más destacan en esta puesta de largo de Zaragoza: de una parte, Félix Navarro Pérez y de otra, Ricardo Magdalena Tabuenca. De esta época datan edificios tan emblemáticos en la ciudad como el mercado central o el palacio de Larrinaga, además de los desaparecidos Teatro Goya o café Ambos Mundos (obras de Félix Navarro, entre otras) o el Teatro Principal, el museo de Zaragoza o la antigua facultad de medicina y ciencias (obras todas ellas de Ricardo Magdalena), actualmente paraninfo de la universidad de Zaragoza, y que hoy vamos a conocer un poquito más.

Paraninfo=en algunas universidades, salón de actos. Así reza la RAE en su primera descripción del vocablo. Y como la RAE limpia, fija y da esplendor… pues no se equivoca. Hoy en día el céntrico edificio es el salón de actos principal de la universidad de Zaragoza, pero no se inició con ese fin. Nace este edificio en la mente de Ricardo Magdalena (cuanto debe Zaragoza a este hombre!!), allá por el año 1886, por encargo del ayuntamiento y la diputación de Zaragoza como nueva facultad de medicina y ciencias de la universidad de Zaragoza, en sustitución de la malparada (cosas de la guerra) y ya obsoleta antigua universidad del barrio de la Magdalena. Crece el proyecto durante unos años, hasta que en 1893 se inaugura oficialmente como Facultad de Medicina y Ciencias, Hospital Clínico universitario e Instituto anatómico forense, además de sala de dirección de la universidad

El proyecto de Ricardo Magdalena, siguiendo directrices de los por entonces decanos y claustro de profesores de la universidad, contemplaba tres edificios: el primero y principal para albergar la propia Facultad de Medicina y Ciencias con sus respectivas cátedras y servicios; el segundo edificio el Hospital Clínico universitario con sus correspondientes salas, quirófanos y dependencias administrativas (actualmente Facultad de Ciencias económicas y empresariales); y el tercero y último, el Instituto anatómico forense, hoy ya desaparecido. Si bien el más característico es el edificio principal, fachada a la plaza de Basilio Paraíso, que nos muestra el personal estilo arquitectónico de Ricardo Magdalena, estudioso y admirador de la arquitectura renacentista aragonesa. Ladrillo y cerámica autóctona, palaciegos aleros de madera, columnas de fundición, amplia profusión de adornos alegóricos, coloridas vidrieras y una acertada monumentalidad.

Seguramente todos tenemos en mente la fachada de este edificio con sus cuatro grandes estatuas sentadas. Realizadas con piedra del oscense pueblo de Fonz, representan las figuras de Andrés Piquer, Miguel Servet, Ignacio Jordán de Asso y Fausto de Elhuyar, todo un homenaje a la medicina y la ciencia de nuestro país, y son obra de los escultores Dionisio Lasuén y Jaime Lluch, dos prolíficos escultores de la época, muy del agrado de Ricardo Magdalena. Y lo cierto es que este conjunto de esculturas da al edificio el aire académico que seguramente se pretendía.

El paraninfo es uno más, y son unos cuantos, de los poco conocidos tesoros arquitectónicos que tiene Zaragoza. Estoy convencido de que en cualquier gran ciudad sería una joya puesta en valor tanto para sus vecinos como para el resto del mundo, uno de esos lugares de los que sus convecinos deberían sentirse orgullosos, tanto por su magnífica estampa como por su historia. Por las dependencias de este edificio han expuesto sus ideas grandes figuras como Santiago Ramón y Cajal o incluso el mundialmente conocido Albert Einstein allá por 1923. Ha sido testigo y padecido en sus propios muros los estragos de la guerra civil española y ha acogido muchos de los actos oficiales, culturales y sociales de la ciudad. Desde 1979 el edificio está reconocido como Bien de Interés Cultural.

Si a todo esto añadimos que sigue siendo sede de conferencias de gran nivel, de exposiciones temporales de primera línea, de multitud de actos sociales y culturales de la universidad de Zaragoza, de interesantes cursos y talleres, de conciertos, incluso algunos ciclos de cine y de teatro… cabe considerarlo, por tanto, como uno de los centros neurálgicos de la ciudad. Y, encima, de gran belleza. ¿Qué más se puede pedir?

 

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Autor: Alejandro Lambán Herrero

Aragonés. Amante de la fotografía, de la naturaleza, de la charla entre amigos, de la vida tranquila... Siempre intentando aprender.

2 pensamientos en “El Paraninfo de Zaragoza

  1. Siempre digo que cuando me toque la lotería me compraré el Paraninfo, lo adoro!!!

  2. Gracias, Alejandro, por este estupendo artículo subrayando la importancia de este histórico, bello y, por ende, fotogénico edificio.

    Como dices, un espacio siempre vivo en actividades interesantes. Desde diciembre de 2015 alberga, además, un excelente Museo de Ciencias Naturales en su planta sótano, ofreciendo muy amenas visitas guiadas aún desconocidas por muchos.

    No me resisto tampoco a nombrar que en su Aula Magna desde hace unos años podemos disfrutar de muchas de las sesiones de «La buena estrella», veterano ciclo dirigido por Luis Alegre en el que ha participado lo mejor de nuestro último cine español (y otros ámbitos culturales) en animado coloquio con el público asistente.

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